- En mi desorden yo me organizo – ¿Por eso llevas 20 minutos tratando de encontrar las llaves del coche, verdad? No digo que no hayas aprendido a vivir con tu desorden, eso solo puedes saberlo tú, pero está claro que no es la mejor opción y lo sabes (como el meme de Julio Iglesias), sino, al menos te hubieras currado una excusa que darme.
- Se pierde espontaneidad y creatividad – Es un argumento muy común que utiliza la gente cuando le hablas de planificación de agenda o de horarios. Pero está demostrado que cuando tienes planificado tu tiempo, puedes liberarte de tensión mental, de ansiedad, y el cerebro consigue trabajar menos, pero mejor, y de hecho, es algo que se recomienda para alcanzar tu mayor grado de creatividad. Hay multitud de libros donde podrás encontrar esta afirmación, como en el de Julia Cameron “El camino del artista” o en el de Robin Sharma “El club de las 5 de la mañana” o en el de James Clear “Hábitos atómicos” o el de Hideko Yamashita “Danshari” y multitud de ellos más. Se positivamente que aquí hay mucha controversia, y que, en seguida, sale a relucir la foto del despacho de Einsten que era un absoluto patatal, pero ni ser desordenado te va a hacer un genio, ni lo contrario. Pero creo que es necesario reconocer que cualquiera se enfrenta a una jornada laboral con mejor espíritu, y, por tanto, con más opciones de que la creatividad fluya, en un despacho ordenado, que en un espacio que es un carajal. No digo con esto que deba ser un despacho minimalista, resplandeciente, impoluto, recién salido de Pinterest, y que huela a lavanda, simplemente un espacio donde puedas trabajar a gusto, donde sepas donde están las cosas y sin miedo a morir aplastado por una pila de libros amontonados.
- No me da la vida – Perdona, pero el día tiene 24 horas para todos, es cuestión de priorizar. Aprende a hacerlo, en vez de hacerte la víctima. Sé que cada uno tiene unas circunstancias personales y algunos tendrán más ocupaciones que otros, pero en todos los casos la priorización es necesaria.
- Es que yo soy así – Con esta misma lógica, alguien al que le guste ir dando puñetazos por la calle, tenemos que dejarle porqué es así ¿no? Vale, que quizás este es un ejemplo muy extremo, pero ilustra muy bien el cómo nos afectan ciertas creencias limitantes. Una persona con problemas de ira puede seguir un tratamiento pautado por un especialista, y seguir viviendo una vida normal , al igual que tu puedes empezar a aplicar nuevos hábitos y costumbres para comenzar a ser más organizado, sin utilizar excusas. Si no lo has hecho, es porque no has querido.
- Hace años que no lo uso – ¿Y por qué lo guardas? ¿Crees que en el fondo de tu armario acabará por convertirse en algo mágico que necesitarás usar a diario, y será tu fiel aliado para el resto de tu vida? Mucha ciencia ficción ¿no? Regálalo, dónalo, véndelo, pero no mantengas cosas que no usas, sobre todo si aún no has trabajado tu organización personal, porque será un trasto más que pululará por tu casa hasta el fin de los tiempos, robándote la armonía, y la paz visual que podrías conseguir.
- Yo vivo bien así – Cuando una persona tiene su casa desordenada, se transmite a sí misma una energía negativa, que no te engañe. Los expertos coinciden en que vivir en una desorganización continua es sin dudas uno de los estresores que más nos impiden disfrutar de un bienestar emocional, y que nos genera más ansiedad.
¡Tú decides! ¿prefieres ser de los que usa estas excusas tan manidas y vacías o prefieres seguir trabajando en mejorar? Si quieres seguir mejorando cuenta con mi apoyo y con mi ayuda.